Y la noche se hizo día, una y otra vez, hasta que perdí la conciencia de la existencia misma, partiendo de la nada empecé a vagar por mi nuevo mundo, en donde las imágenes eran esenciales, sin embargo se habían olvidado los placeres de los otros sentidos. Dirigida por medios electrónicos la increíble masa se rige, no por leyes creadas por las divinidades, leyes que habían seguido sus ancestros, sino que viven obedeciendo las reglas que ellos mismos han creado para su propio confort. El mundo que una vez les había sido ofrecido como la principal joya de todo un tesoro ahora se encuentra perdido en las oscuras aguas del olvido.
Me encuentro sola en este momento, nunca he estado más sola en todo lo que me queda de memoria, sin embargo no me siento mal, no hay pesar en mis sentimientos, por el contrario, hay alivio, descanso, será esto la muerte que tanto he ansiado. No, si fuera la muerte caería en el olvido perpetuo y las palabras no brotarían en mi cabeza como semillas en tierra fértil. Estoy más viva que nunca, siento la tierra alrededor de mi cuerpo... acaso he regresado a la bendita tierra de donde vengo? No, aún respiro, aun conservo ese instinto característicos de los muy vivos, respirar, entonces, que es lo que me pasa? Esta más allá de mi comprensión, de la comprensión de cualquier humano, pero quien lo quiere comprender cuando se siente tan bien estar así. Si, puedo sentir la gloria, o al menos una diminuta parte de ella. Llena mis pulmones, hace mi cuerpo vibrar en espera del termino de la ultima sinfonía tocada por la gran autora del universo, la naturaleza, solo puedo esperar, pero en este estado nada es mejor que esperar.
Mi sueño terminó, de nuevo la mañana ha llegado, como lo ha hecho ya durante 18 años seguidos, y aún espero la eterna noche, donde todos mis sueños vuelven para siempre y la irrealidad se apodera de mi vida. Donde sólo soy una muñeca, una muñeca que vive con cada juego que el dueño le permite interpretar. Vivo y muero por los sueños.
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