Calma.
No sé si es el resultado de los acontecimientos de este fin de semana, que ya los analice y los incorpore tranquilamente a la lista de pendientes por superar, o que simplemente estoy agotada física, mental y emocionalmente.
Cualquiera de las dos opciones me viene bien. Estoy como en un estado de limbo en donde nada es tan fuerte y estremecedor, nada me afecta y todo parece sin importancia. No es negativo pero tampoco es positivo.
De nuevo me siento como sólo una observadora de todo lo que pasa a mi alrededor, no tengo el control pero no deseo tenerlo. Es como una pequeña sesión de descanso de lo que ha pasado en los últimos días. No lo olvido, no debo de olvidarlo.
Tal vez sólo son las hormonas que me están dando un respiro, si es así, gracias cuerpo, sabes que en verdad necesitaba un día como estos, te quiero.
Ya cada vez estoy escribiendo menos, tal vez estoy haciendo menos análisis de las situaciones, tal vez ya me canse de estar dándole vueltas a los mismos asuntos de siempre. Pero voy a terminar con este reto de los 30 días.
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