lunes, julio 25, 2016

La petite mort

La petite mort, le pequeña muerte: ese momento más elevado de éxtasis que puede alcanzar el ser humano al momento del orgasmo.

¿Y si no fuera así? Si la pequeña muerte no es el placer extremo, sino los instantes después en los que te recuestas, ves hacia el cielo o a la nada tratando de recuperar el aliento, que el corazón baje su ritmo a algo más normal, ese pequeño instante en que sientes que todo es perfecto y te invade una alegría, una satisfacción contigo mismo, te sientes poderoso por tener el conocimiento del mundo a tu alcance, pero sabes que a su vez no lo necesitas, porque te sientes total y completamente suficiente para todo y para nada, te reconoces como un ser más allá de los límites de la realidad. Un pequeño momento en que todo está en el lugar correcto, todo es certeza.

Y luego todo acaba. Uno vuelve a la realidad de sentir dudas, de temer por el pasado, el presente, y mucho más, por el futuro. Regresas a un estado humano imperfecto y defectuoso, carente de fe, y todo el sentido de la vida se esfuma antes de que puedas prometerte recordarlo por siempre.

Tal vez ese instante es una pequeña muestra de cómo debería ser la muerte. Estar inerte, sabiendo que todo es como debe ser y sentirse satisfecho, suficiente. Entregarse a ese estado de no-ser y trascender.

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