Así como las noches de chicas, existen las noches de las Magdalenas, la diferencia es que en lugar de salir a divertirse, uno se queda en casa a llorar por cualquier cosa que se lo provoque.
Siempre me han dicho que llorar no resuelve nada, es cierto, pero olvidan decir que alivia el alma, que vacia lo que en ese momento nos llena de amargura. Desde pequeña las lagrimas solo me trajeron rechazo, ahora se que no es porque esas gotas saladas que salen de los ojos sean malas, sino porque las personas en general envidiamos llorar y nos alejamos de lo que no podemos ser. Yo, y muchos otros, al ver a una persona con los ojos inundados nos congelamos y las reacciones no llegan, lo correcto se escapa de la mente y del corazon, y con suerte terminamos por dar una palmadita en la espalda de ese alguien, y sino, lo abandomas en su inundacion.
Despues de un rato de obligarse a uno mismo a no llorar, se aprende a dejar ir las cosas de otra forma, restarles importancia. SINO, tambien existe la opcion de tragarse todo y encerrarlo en el lugar que no utilizamos de nosotros: los sueños, esperando que al olvidar unos se vayan los otros.
El arte de consolar... a final de cuentas es un arte muerto.
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Me toco ver llorar a mi madre, ya no creo nada, solo pienso que su llanto es una forma de buscar aprobacion en algo que definitivamente no lo tiene. Lo peor de todo es que le esta funcionando, ahora me siento culpable de no decirle que es una excelente y muy necesaria madre aun cuando no lo siento, demasiadas manipulaciones incoscientes, son la forma en la que muchos siguen adelante cuando estan destrozados como personas...sin esfuerzo, sin trabajo... y yo soy la floja, vaya.
VAYA indeed...
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