martes, febrero 15, 2011

Al son de ronquidos...

En medio de la noche, con la TV encendida y con el sonido fondo de ronquidos del extraño que duerme en el cuarto de mi madre.

¿Qué tanto tengo que soportar? Al parecer no es suficiente que tenga que ceder ante todo si quiero mantener la paz que parece romperse ante cualquier indicio de una negación por mi parte. Ahora también tengo que escuchar ronquidos en la noche, ronquidos que se escuchan por encima del sonido de la caja idiota, ronquidos que traspasan las paredes y llegan a mis oidos recordandome que ya no existe el respeto en esta casa.

Respeto, al parecer lo que me enseñaron al respecto de esa palabra ahora significa nada para las personas que me lo grabaron en la mente y en el ser.

Ya no tiene respeto por mi persona, mis costumbres y mi espacio... pues bien, no le he dicho nada por el último cachito de respeto que tengo por ella.

Odio esta situación... no basta que duerma aquí, ahora también me despiertan en la mañana fingiendo preocupación para avisarme que también el extraño se apoderará de la ducha. Por favor ya no usen falsas preocupaciones, al menos así no duele tanto la traición.

Y como si no fuera suficiente, mi situación laboral se vuelve insoportable. Espero aguantar hasta la fecha puesta en mi mente.

El que hasta ahora ha sido mi pilar se va de viaje y me quedo sola ante una situación terrible en la mayoría de los ámbitos de mi vida. Que desastre.

Que difícil.

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