viernes, agosto 01, 2014

Día 2

Disculpa mis errores, disculpa que no soy perfecta, que tengo muchos miedos y muchas indecisiones. Te pido perdón por todas las cosas que te he hecho, no fue con la intención de lastimarte o hacerte sentir mal.

Ayer entre bebidas y rock maldito me invadió el sentimiento, se me salieron las lágrimas, cante con todo el corazón cual borracho adolorido. Pero en ese leve periodo de intoxicación sólo pude pensar en ti, en cuanto te amo, en cuanto te extraño y en porque no puedo estar contigo.

Quiero estar contigo y te hago daño, esa es la razón, quiero tu felicidad y también quiero la mía, y al parecer no sé cómo lograrlo.

En la última plática guajira que tuve contigo en mi mente te dije todo esto y te confesé muchas otras cosas. Una de ellas es que eres el hombre de mi vida, no en la cuestión romántica y absurda sin sentido, sino de una manera consciente y responsable, déjame explicarte.

Eres una persona maravillosa, de buenas intenciones, sensible, romántico, preocupado por el prójimo y por tus seres queridos, de valores firmes, eres justo, honesto, trabajador, responsable, aprecias lo bueno y lo malo, tienes la capacidad de ver en las personas un potencial del cual ellas mismas no se han percatado y por eso confías mucho de ti mismo con ellas. Eres simpático, te gusta bromear y pasarla bien con los amigos, sabes adaptarte a las situaciones y mezclarte bien con las personas y a pesar de eso no le temes al trabajo duro y a las situaciones difíciles.

También tienes defectos, estoy consciente de eso, a veces eres muy impuntual, puedes llegar a ser muy necio en la forma de defender tu punto de vista, y también llegas a ponerte a la defensiva y es difícil sacarte de ahí. Eres inmaduro en algunas cuestiones y a veces no parece que tengas la edad que tienes.
Y con esas virtudes y defectos quiero estar contigo.

Quiero confesarte que si en este tiempo juntos, que es relativamente poco, me hubieras pedido matrimonio, hubiera aceptado sin dudarlo. Quiero pasar mi vida entera a tu lado, aprendiendo de ti y viéndote crecer y madurar. Podría tener hijos contigo o dragones o gatos, o no tener absolutamente nada y aun así estar feliz.

Desgraciadamente todo esto se me olvida cuando discutimos, me encierro en mi burbuja del ahora y que me duele y no veo más allá. No reflexionó como lo estoy haciendo en este momento. Y boto toda esta felicidad a la basura.

Discúlpame, en esto yo soy la inmadura.

No supe lidiar con mi inmadurez y mis problemas, no fui paciente y no pensé antes de decir todo eso que te dije. Disculpa por haber arruinado algo que pudo ser hermoso.

No sé si tiene arreglo, necesito platicarlo contigo, pero tú aún no estás en condición. Tengo que ser paciente. Pero si espero corro el riesgo de que esto se vuelva imposible. Tal vez ya es imposible.

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