Día 26

Sigo dándote poder cada vez que te veo, sigo sintiéndome frustrada y triste.

Me siento incompleta a pesar de que ya sé hacia donde tengo que ir y cuál es el camino. Comprobé que alucino muchas cosas cuando tu estas involucrado. No puedo arriesgarme a seguir alucinando sin control con cosas que no tienen posibilidad ni lógica. Simplemente me tengo que alejar.

Pensé que podría lidiar con tener una amistad contigo, de esas normales y sin dobles pensamientos, pero sólo me engaño yo sola, no puedo ahorita y no debo, tengo que dejarte ir por completo.

Disculpa que te quiera, tal vez ya es una costumbre más que un sentimiento, supongo que también me la tengo que quitar.

Me siento pesada, negada y cansada. Pero me agrado verte equilibrado, ligero y feliz. Te deseo lo mejor.

Otra vez quiero llorar. Lágrimas vengan a mí unos cuántos días más, aún tienen oportunidad de ser recibidas y no ignoradas.

Ya casi se acaba este “reto” de 30 días y no estoy segura de sentirme mejor, si me ayudo en algunas cosas, pero por dentro aún siento piedras y lijas que raspan y golpean el corazón. Tal vez sea sólo por hoy, tal vez mañana me sienta mejor.