miércoles, junio 01, 2016

Todo cambio

Ella sitió rodar las lágrimas por sus mejillas al mirar la pantalla de su celular. Por un instante no supo nada del mundo exterior y sólo sintió una tristeza punzante en el pecho.

“Así es cmo se siente una traición” pensó, se llevó las manos al rostro y se cubrió para ocultarse del mundo, de la verdad, de ella misma; aminorar la punzada y negar la herida.

La persona a la que dedicó tres años de su interes mostró señales de que no era mutuo, con la mejor y más clara estrategia que alguien puede utilizar: una foto al lado de una chica nueva, ambos sonrientes y relajados, tan felices.

“Fue una terca al esperar tanto a que se decidiera por mi” se reclamaba a sí misma con amargos murmullos.

Se levantó de su lugar y paseó por la habitación, buscando consuelo en el paseo, en el sonido de las pisadas, en cualquier cosa que en ese momento pudiera ayudarla.

Nada. El sentimiento, la traición, la revelación, el engaño, la frustración, la tristeza, todo seguía ahí, explotando en forma de lágrimas.

Hasta que después de pasados unos minutos se escucho un “nunca más”.

Tomó una decisión, se secaron las lágrimas y hubo una certeza oscuresida en su mirada.

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