Me repito mi nuevo mantra cada vez que pienso en un hubiera. Tengo que ser positiva, agradecer lo que tengo, ser responsable, respetuosa, tomar todo con calma y a la ligera, cumplir mis promesas, disfrutar el momento. Una y otra vez hasta hacerlo un pensamiento constante.
Al menos me ha ayudado a que los momentos de inestabilidad sean menos frecuentes y más cortos, ya no tengo tantas ganas de llorar y ya no espero resultados inmediatos, me siento menos ansiosa y menos loca.
Aún me dan muchas ganas de abrazarte y besarte, creo que eso no lo voy a poder evitar, en realidad siento algo muy grande por ti, pero también quiero respetar tu decisión, así que estos sentimientos aquí se quedarán guardados hasta que los quieras reclamar o los ocupes.
Tengo una nueva rutina de ejercicios, creo que también me está ayudando mucho, en especial para dormir ya que al final del día termino completamente agotada y no puedo durar mucho tiempo despierta al acostarme.
Ha sido una semana interesantemente dura, me parece curioso el estado en el que me encuentro, estoy como en un punto medio de la cuerda floja en donde se siente la tranquilidad y no el estrés, puedo respirar a gusto y aun así sentir una presión en el pecho. Es en las oposiciones de las situaciones en las que me encuentro en paz. No me siento iluminada, pero tampoco me siento la esclava castigada, simplemente me siento yo como no me había sentido en mucho tiempo.
Sé que aún estoy muy lejos de una recuperación, de una superación y del cambio de hábitos que tanto estoy buscando, pero creo que le hare caso a mi mantra y disfrutare el momento.
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