Aparte de ir por ahí tratando de encontrarme a mi misma, demostrarme que pienso sueño y existo, de validar mi existencia con todo lo que hago y aprender a darme permiso de ser, ya sea bueno o malo, útil o inútil, establecer que lo importante es el placer de ser.
Y justo en medio de eso estoy descubriendo los click moments, esos instantes cuando logras una conexión mágica con alguien más, ya sea compartiendo ideas o silencios, caricias o distancias, sentimientos y algo más. De esas ocasiones que simplemente dejas de sentirte tan solo en el mundo, que al menos hay algo que te une a las otras burbujas.
Últimamente mi burbuja se ha sentido muy abandonada, que los pocos click moments que he tenido en estos meses me hacen sentir sedienta de más. Son tan adictivos y tan preciosos que quisieran que todos los días, a cada momento, tenga un click moment interminable.
Esa sed es la que en el pasado me ha hecho desesperarme y actuar como loca, como la adicta a la conexión con alguien más.
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